Ser Mejor: ¿Para Quién y Por Qué?
Reflexión sobre la bondad, los límites y el ego en la constante búsqueda de ser una mejor persona
¿Por qué nos importa ser mejores personas? ¿Para sentirnos en paz con nosotros mismos, para ser reconocidos por los demás o porque realmente creemos en ello?
A veces, sin darnos cuenta, medimos nuestro valor en función de cuánto damos, de cuán "buenos" somos según estándares ajenos. Pero, ¿y si ser mejor no se trata de hacer más, sino de aprender a ser con autenticidad?
En esta reflexión, voy a explorar el equilibrio entre la bondad, el ego y la necesidad de validación, cuestionando si realmente necesitamos hacer más para ser mejores (en resumen: no) o si, quizá, solo necesitamos ser coherentes y actuar en pro de nuestros valores.
Más no significa mejor.
Hace algunos años, poco a poco, fui adquiriendo el hábito de la lectura. No recuerdo bien cómo comenzó, porque solía empezar libros que no podía terminar (a veces aún me pasa).
Acabo de terminar otro libro. Me tomó solo cinco semanas leerlo, sin prisas, a mi propio ritmo, sin presión. Este año, leer más no es uno de mis propósitos. Quiero seguir como hasta ahora: disfrutando de mis lecturas sin contar cuántos libros leo al año, porque eso no me hace mejor ni más inteligente.
Es curioso que lo diga, porque, en el fondo, sí creo que leer de esta manera (solo por y para mí) me hace mejor persona. El ego esta cabrón. Alguien más puede pensar que leer más también le hace mejor persona. Y que bochorno, porque quizás ni si quieran piensan eso, y aquí estoy, armándome un debate en mi cabeza. Al final no tiene sentido. ❌
Esto me lleva a preguntarme: ¿por qué me preocupa tanto ser una buena persona? Al final, es cuestión de perspectiva. Hay una parte de mí que, a veces, es mala, y cuando sale, me castigo por ello. No debo ser mala. Debo ser buena. Eso me enseñaron mis padres.
Mis padres me enseñaron muchas cosas, no solo a ser buena. Aunque esa creencia la fui formando con los años, porque aprendí a portarme "bien" para que ellos no tuvieran que preocuparse.
Pero, ¿qué pasa con mi lado malo, reprimido durante tantos años? Me limito a no opinar para evitar ser mala, equivocarme o hacer sentir mal a alguien, pero incluso siendo "buena", también me pasa. Entonces, ¿qué sentido tiene? ¿Por qué me esfuerzo tanto? ¿Por qué no me permito ser yo, con todos mis matices?
Porque siento culpa.
Y aunque estoy en un largo camino de hacer las paces con ella para soltarla, sigue ahí. Ahora entiendo que siempre existirá. En ningún momento me desharé de mi humanidad para no sentir culpa o vergüenza. Al menos, no es lo que busco (respecto a mi humanidad, creo). Quiero aceptar que la culpa es y será siempre parte de mí. Debo aprender a lidiar con ella, y con eso me refiero a no identificarme con ella.
Cuando siento culpa por haber actuado mal o dicho algo inapropiado, no me hace peor persona, ni me hace mejor el reconocerlo ¿o si? La vida es un proceso de aprendizaje, y depende de nosotros decidir si realmente aprendemos de nuestros errores, así como qué aprendemos de ellos. A veces, nuestro ego nos impide ver esto claramente, y nuestro propio autoconocimiento puede ser lo que nos limita. El problema es que no siento que reconocer mis equivocaciones sea un logro, porque en mi mente debería ser algo natural, algo que simplemente sucede. Pero no.
Es como cuando lees un libro por primera vez: te abre a nuevas perspectivas y puntos de vista, te permite descubrir mundos mágicos. Y cuando lo lees por segunda vez, notas detalles que antes pasaste por alto. Quizás en ese momento no estabas listo para ese aprendizaje, o simplemente no tenías la capacidad de verlo.
¿Qué es lo que realmente te hace una mejor persona? Se dice que ayudar a los demás es lo que lo logra, pero, ¿y si tu manera de ayudar no les satisface? ¿Y si siempre quieren más? ¿Y si lo que realmente necesitan no es tu ayuda? Si siempre pones a los demás primero, te conviertes en alguien virtuoso, generoso y "“bueno”. Pero, ¿dónde quedas tú en todo esto? ¿Cómo puedes reconocer tu propio valor si nunca te permites ser parte de esa ecuación? Ayudar a los demás no te convierte en su salvador. No puedes salvar a nadie si no comienzas por salvarte a ti mismo. Es como cuando lees un libro: si no te detienes a reflexionar sobre los detalles que has pasado por alto, jamás podrás comprender todo lo que te está enseñando. El verdadero aprendizaje está en reconocer cuándo es el momento de mirar dentro de ti y entender que, para crecer, primero debes aceptar tus propios límites.
He descubierto que no puedo salvar a nadie. Aceptarlo ha sido un proceso doloroso, un duelo que he cargado durante los últimos tres años. Y, de vez en cuando, ese duelo regresa y duele… duele mucho.
Creo que el verdadero crecimiento personal ocurre cuando aprendes a ser amable y solidario sin descuidarte. No es egoísta poner límites, cuidar tu bienestar o decir "no" cuando es necesario. Al contrario, hacerlo te permite ayudar con más energía, claridad y una voluntad genuina, porque solo desde el autocuidado puedes ofrecer lo mejor de ti.
A mí me enseñaron que ser egoísta era algo malo, y yo no quiero ser mala. Pero con el tiempo he aprendido que cuidar de mí misma no significa ser egoísta; significa ser consciente de mis propias necesidades. Sigo aprendiendo a poner límites, no como un acto de rechazo, sino como un acto de amor propio. Sigo aprendiendo a resignificar las palabras.
No puedo seguir entregándolo todo si eso me deja vacía.
Ayudar a los demás como medio de validación no es sano. Durante mucho tiempo creí que mi valor dependía de cuánto daba a los demás, de cuántas veces decía 'sí' cuando mi corazón realmente quería decir «no». Pensaba que ponerme en primer lugar era fallarle a quienes me rodeaban, pero ahora entiendo que, en realidad, me estaba fallando a mí misma.
Ahora sé que ser una buena persona también implica ser buena conmigo. He aprendido, con el tiempo y a veces con dolor, que no puedo dar lo mejor de mí si me abandono en el proceso.
No es fácil desaprender lo que por tanto tiempo creí cierto. Pero, poco a poco, he entendido que no soy menos buena por priorizarme, que no amo menos por poner límites y que mi bienestar también es valioso.
Si alguna vez has sentido que darte un lugar a ti mismo te hace una mala persona, te invito a preguntarte: ¿no mereces el mismo cuidado y compasión que ofreces a los demás?
Es curioso cómo, incluso cuando intentamos liberarnos de la necesidad de ser “mejores”, sigue habiendo una parte de nosotros que busca validar nuestras acciones como algo bueno o valioso. Tal vez porque, en el fondo, todos queremos sentir que estamos haciendo las cosas “bien”, que somos personas con sentido, con propósito. Tal vez porque seguimos siendo humanos.
¿Mejor según quién? ¿Bajo qué parámetros? Para algunos, leer puede ser una forma de crecimiento; para otros, un simple placer; y para otros más, una pérdida de tiempo. Al final, cada quien define lo que le hace sentir pleno, sin que exista una verdad absoluta.
Tal vez lo importante no sea demostrar que algo nos hace mejores, sino simplemente permitirnos disfrutarlo sin la necesidad de justificarlo. Leer no tiene por qué ser una competencia, ni una forma de probar inteligencia o virtud. Si te hace feliz, si te llena, entonces ya es suficiente.
Y sí, el ego siempre está ahí, queriendo dar significado a lo que hacemos, tratando de convencernos de que hay un "mejor" y un "peor". Pero cuando logras soltar esa lucha, cuando simplemente disfrutas algo sin preocuparte por cómo te define, ahí es donde encuentras libertad.
Después de releer mi texto y reflexionar sobre lo que he escrito, me doy cuenta de que no sé de dónde saqué la idea de que contar los libros que lees es señal de creerse mejor persona. En realidad, esto dice mucho más de mí por haberlo pensado… y, honestamente me da risa.
Al final, creyendo que escribía sobre la modestia y el desapego, me topé con la cruda realidad: la que quería sentirse mejor persona era yo. Supongo que el ego tiene un talento increíble para hacerse notar en cualquier conversación, cuando intentamos señalarlo en los demás para convencernos de que somos especiales.
¿En qué momentos el ego te ha llevado a creer que eres mejor que los demás? Creo que al reconocerlo, podemos empezar a ver la verdad detrás de nuestras acciones.
🪄Hazme saber si mi escrito te hizo sentir algo, si estás de acuerdo o no. Me gustaría conectar con las personas que me leen, así que estaré encantada de que decidas comentar algo.
Te abrazo a la distancia. Gracias por leer😘
Music by John Tramp from Pixabay